Ya casi se cumplen dos meses del levantamiento del paro y el gobierno
aún no ha cumplido con el único acuerdo al que se comprometió en la mesa
de negociación, con la que se levantó el paro. El consenso entre el
gobierno y los caficultores fijó un techo de 700.000 pesos para la carga
de café.
Esto representaba un avance mínimamente
aportaba al sostenimiento de las familias caficultoras teniendo en
cuenta los altos precios de los insumos. Lo que no dijo el gobierno en
la mesa es que había muchas condiciones para realizar este pago.
Primero, los caficultores deben tener una cédula cafetera para poder
cobrar lo acordado.
Al vender la carga deben reclamar una
factura con NIT, llevarla luego a la Federación Nacional en Bogotá, para
que luego ya puedan recibir el pago. Los productores que no tienen
cédula cafetera tienen que entregar la factura al técnico delegado de la
zona para que haga el trámite con la federación, el pago llega al
técnico por ser el intermediario, así que las personas deben acudir a
este para reclamar el pago.
Como se puede ver, el único punto
acordado ha traído nuevas trabas, una larga lista de trámites que se
parecen a los que nos toca hacer para que las EPS nos atiendan. Pérdida
de tiempo y dinero en la desgastarte tramitología para que finalmente la
gente no pueda cobrar lo que merece.
Frente a los obstáculos en el pago y la
demora que representan, los caficultores han optado por reunir sus
cosechas tratando de tener más de una carga para vender y así evitar
perder su esfuerzo en estos trámites. Pero esta no es la única
dificultad.
Se ha visto que comerciantes, que compran
el café en menores cantidades están cobrando el subsidio, incluso están
trayendo café del Ecuador con lo cual logran reunir grandes cantidades y
cobran con libertad, en una gran suma, ¡el subsidio que es para los
productores!
El aumento del pago del subsidio por
carga es el único punto de los 5 de la agenda de los caficultores que el
gobierno cedió a negociar. Como mínimo debería realizarse directamente
con ellos y sin trabas. Pero la administración de este pago lo único que
demuestra es la miserablesa de los que dirigen la federación y que han
ganado su posición gracias a los productores.
La indignación y la decepción es tal que
muchos productores manifiestan que ven perdido todo su esfuerzo en el
paro nacional, de 11 días entre el 25 de febrero y el 8 de marzo. Así lo
afirma Albeiro Marulanda un caficultor del Líbano Tolima
Tejido de Comunicación - ACIN
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