#Colombia: Debate sobre problemas de tierras en www.las2orillas.com en la coyuntura del #ParoAgrario


El pasado 7 de mayo publicamos el artículo http://www.las2orillas.co/convite-cultural-y-politico/ que originó un interesante debate que reproducimos:

Referente al artículo el señor:

Jorge Luis Chacón Jimenez comento:

Este escrito está plagado de pre-nociones ideológicas. Usted dice: "Colombia es un país profundamente rural, de vocación mayoritariamente agrícola, cuyos pueblos han sostenido la economía nacional por medio de la agricultura desde tiempos inmemoriales". Eso es absolutamente falso. Más de 32 millones de colombianos, cerca del 69% vivimos en la zona urbana. Por otro lado, la economía colombiana no se sustenta de la agricultura, que es improductiva y costosa porque se sustenta en subsidios del Estado, dinero que sale de los contribuyentes en forma de impuestos, sino que la economía colombiana se sustenta de los impuestos. Suele ser curiosa la "izquierda" colombiana, en la medida en que invocan a Marx y defienden las demandas del sector campesino, pero fue el mismo Marx junto a Engels los que dijeron en el Manifiesto del Partido Comunista, escrito en 1848, que la clase campesina era una clase anti-revolucionaria y más cercana a los intereses burgueses.
¿Por qué dijo esto? por el hecho de que las demandas de los campesinos no son estructurales, no son revolucionarias sino simplemente coyunturales en vista a necesidades inmediatas y, sobre todo, porque los campesinos están acostumbrados a las migajas que el Estado les brinda. Pero Marx se quedó corto. Los intereses de los campesinos son opuestos a los intereses de la clase urbana porque a quienes más perjudican sus demandas son a los contribuyentes, porque tales subsidios que negocian con el gobierno son traspasados a la clase media, de la que salen los dineros en forma de impuestos para dárselos a los campesinos en subsidios para que sus negocios no quiebren.

El debate planteado ha sucintado las siguientes respuestas:

Pitahaya: 

Las palabras de que el país sea profundamente rural hace referencia literal al adjetivo de profundo, quizá esté mal no aclararlo, es decir, esta afirmación no se hace sustentada en la cantidad de población que se encuentra en el lado urbano o rural (en la cual su comentario acierta, pero entonces valdría decir "que es un país estadísticamente urbano"), sino más hacia las raíces de las personas... ¿cómo así? pues que de esa mayoría urbano también hay una gran cantidad (no sé si haya cifras pero me atrevo a decir que lo suficiente) que viene del ámbito rural por el desplazamiento y que a pesar de que se ven obligados a introducirse en el mundo urbano quisieran volver al rural o incluso intentan recordarlo a través de prácticas como la agricultura urbana solo para el caso de Bogotá e incluso de municipios del altiplano hace falta pasar por los barrios de periferia y darse cuenta por los rasgos y los acentos que muchas de las personas aún tienen, tampoco para tomarlo como que "todos tenemos ancestros rurales" sino que en verdad hay mucho de rural en lo urbano

Lo mismo del aspecto de la economía, mencionar que la agricultura ha sostenido la economía es distinto a decir que la economía del país tiene los mayores rubros desde ámbito agrícola, esa agricultura la ha sostenido porque es la base de nuestra alimentación, esa que si es necesaria para vivir, distinto a la minería que es un accesorio para la vida esa agricultura campesina que todavía, y pese a la apertura económica, trae a nuestras plazas de mercado y luego a nuestras bocas alimentos frescos y no solo alimentos enlatados o conservas repletas de químicos como sí les toca a los países con estaciones y en donde sí se puede hablar de subsidios del estado para que sus modestos agricultores de tractor no pierdan lo invertido y por ejemplo puedan traernos leche en polvo

Peyote:

Señor Jorge, es un exabrupto plantear que "los intereses de los campesinos son opuestos a los intereses de la clase urbana" deje de pensar como "contribuyente". No hay duda que las exigencias del campesinado surgen precisamente porque sus condiciones para la producción son cada vez peores. Y esto no es un fenómeno aislado caballero. En economías donde sí existen políticas fuertes de subsidios, tales como Estados Unidos, se están aprobando reformas que los afectan para desmontar los apoyos del Gobierno. Allí, por ejemplo, la reciente "Farm Bill" aprobada a comienzos de este año suprime los pagos directos a los productores y afecta el programa de subsidios a la alimentación, particular apoyo a las familias "pobres" que desde luego no lo son tanto como las nuestras.

Por otra parte, no sé si ud sea economista pero decir que "la economía colombiana se sustenta de los impuestos" no sólo se encuentra mal redactado, sino que además resulta completamente impreciso.

Finalmente, aunque no le asiste razón al citar el pensamiento de Marx y Engels para afirmar que el campesinado es una clase anti-revolucionaria (por el contrario, se reconoce que en momentos históricos dados han sido motor de transformaciones sociales, v. gr. consideran que "de la misma forma que la revolución francesa entregó la tierra de los nobles a los campesinos que la trabajan, la revolución proletaria entregará a los trabajadores los medios de producción con los que trabajan") le sugiero respetuosamente revisar autores como Anderson -lo que usted denomina izquierda no solamente se dedica a leer a Marx y Engels- quienes contribuyen en múltiples aspectos a ir más allá en el enfoque de algunos trabajos y reconocen, por ejemplo, que mientras el trabajo no se separó de las condiciones sociales de su existencia para transformarse en «fuerza de trabajo» las relaciones de producción rurales continuaron siendo feudales, aspecto no bien dilucidado por los citados arriba. Después de todo, como ud lo reconoce cualquiera se queda corto...

Frísol:

Compañero Jorge Luis. No es "absolutamente falso" que Colombia sea profundamente rural. Tampoco es "absolutamente cierto", de hecho, no creemos en absolutismos, somos diversos y por tanto el escrito no puede estar "plagado" de pre-nociones, porque las "plagas" son propias de la homogeneidad. Afirmamos que Colombia es profundamente rural sustentados no sólo en análisis estadísticos que establecen que el 32% de la población colombiana es rural (Informe Nacional de Desarrollo Humano del PNUD), sino en la constatación empírica de que muchos de las cabeceras de municipios supuestamente "urbanas" (de acuerdo a parámetros estadísticos arbitrarios), son social y culturalmente campesinos, afros o indígenas. Por ejemplo, en varias regiones del país es común que el campesinado viva en las cabeceras de los municipios, pero trabaje entre semana la parcela y los fines de semana haga trabajos complementarios en el pueblo (los hombres), o que trabaje en las labores del hogar, propio y/o ajeno, entre semana, pero antes de salir ordeñe sus vacas y los fines de semana trabaje su parcela (las mujeres). Se preguntará usted, ¿ese campesino, esa campesina son rurales o urbanos?. El Estado dice urbano, nosotrxs decimos rural o mejor, campesinos. Realmente las categorías que maneja el Estado se quedan corta ante nuestra realidad y eso es histórico.

En segundo lugar, la economía colombiana sí que se sustenta de las actividades agropecuarias. No sólo por lo que ya anotaba Pitahayo, de que es la que permite que existan productos agrícolas a bajo precio que alivien el peso de los salarios de miseria en las grandes ciudades, sino porque a nivel internacional, la economía colombiana se ha construido sobre la base de la exportación y el extractivismo, en donde los productos agrícolas como el café y el banano han jugado y siguen jugando un rol fundamental. No podemos decir que Colombia es un país industrial.... y por otro lado, ninguna economía se sustenta en impuestos, porque los impuestos se sustentan en la producción que permite a la gente pagar impuestos.

No es cierto que la razón por la que el Marxismo-leninismo le otorgue un papel secundario al campesinado sea que las demandas del campesinado no sean estructurales, sino porque el campesinado (en su lectura) es un pequeño propietario, propietario de sus medios de producción, y en tal medida puede llegar a oponerse a su socialización. En esa medida, Lenin, le otorga un papel al campesinado como fuerza revolucionaria en contra del régimen zarista (incluso eleva la unión obrero-campesina como única alternativa para la consecución del poder), mas no como vanguardia o fuerza motor de la revolución, la cuál sólo podía ser abanderada por el proletariado, sujeto directo de la relación de explotación capital-trabajo.

No obstante, nunca hay que perder de vista que los análisis son situados. El campesinado colombiano se ha construido de una manera muy distinta a lo que fue el campesinado en Europa. La lectura del campesinado como pequeño-burgués ha sido revaluada por los mismos autores marxistas en las lecturas latinoamericanas, porque nuestro antecedente histórico no es el feudalismo, sino el comunismo indígena, porque vivimos un largo período colonial marcado por la esclavitud y el régimen señorial, entre otras muchas particularidades. El campesino y la campesina en Colombia son un sujeto diverso, el cual se ha movilizado históricamente (e inspirado a la movilización de muchos otros sectores) en procura de transformaciones estructurales para el país. De ninguna manera sus intereses se han opuesto a los intereses de los sectores urbanos (que no son una "clase"), por el contrario, las épocas más convulsionadas del país han sido el producto de su diálogo, como ocurrió en los años 80 con la movilización articulada del movimiento campesino y el movimiento cívico. Y ocurrirá ahora con la Cumbre Agraria y el Foro urbano alternativo, con el Paro Nacional Agrario y Popular.

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