JÓVENES TEJIENDO VIDA Y UNIDAD POPULAR EN NUESTRA AMÉRICA

Declaratoria y análisis de contexto:


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del Encuentro, clic aquí.
Reunidos como pueblos hermanos del 1 al 5 de marzo de 2016, jóvenes de 22 organizaciones de 9 países de nuestra América, juntos en la intención de compartir experiencias y luchas como eje de integración, nos dimos cita en la Cooperativa Nuevo Horizonte, escenario inspirador de resistencia, para encontrarnos y generar una mirada continental a los problemas que aquejan a nuestras comunidades y territorios, resaltando y compartiendo la esperanza que se teje en el accionar cotidiano de nuestro trabajo.


Ante la indignación por el asesinato de la lideresa indígena hondureña Berta Cáceres, símbolo del amor al territorio y de lucha por la defensa contra los megaproyectos minero-energéticos a nivel continental, recogiendo su legado a favor de los pueblos y de la construcción de buen vivir, declaramos a ¡Berta Presente! en este Encuentro Continental, evento al que ella personalmente sumó jóvenes hondureños comprometidos con la vida.


VIDEO: Berta Cáceres Vive!! Acto de Memoria Encuentro Continental #SomosUnaAbyaYala, Guatemala 3 de marzo de 2016
Durante los 5 días de trabajo combinamos vivencias en el territorio guatemalteco, intercambios de experiencias y análisis de coyunturas, que permitieron acercarnos a la historia reciente del continente e identificar entre las amenazas comunes en nuestros territorios el extractivismo y los megaproyectos como modelo impuesto de desarrollo, la militarización de nuestros países como estrategia para el intervencionismo y sustento del saqueo, el monopolio de los medios de comunicación como estrategia del poder hegemónico para ejercer control político sobre la población, así como los escenarios de vida y resistencia que se tejen desde las comunidades, siendo las autonomías territoriales y la defensa de la madre tierra, un lugar común de articulación de acciones a favor de la vida y creador de esperanza.

Con relación a las amenazas a los territorios por el extractivismo y los megaproyectos:

El extractivismo y sus megaproyectos articulan élites nacionales y globales bajo un modelo económico único que explota la vida y evidencia un proceso de acumulación del capital por desposesión transnacional, atentando contra la soberanía y la vida digna de las comunidades mediante el acaparamiento y envenenamiento de las tierras, la imposición de monocultivos, el control y privatización del agua como recurso, la construcción de megaobras de infraestructura, la superexplotación de bienes naturales vía megaminería, empobreciendo a nuestras comunidades y des-ombligando el territorio de los pueblos.
El impacto de más de 500 años de saqueo en la Abya Yala y la consolidación de las industrias extractivas ha demostrado que no existe “desarrollo económico” ni “bienestar” para los pueblos. El modelo actual de explotación basado en las premisas de inversión de capital en los territorios donde el Estado ha estado ausente, ha generado desarticulación del sistema político y desplazamiento forzado de millones de familias, la pérdida de valores, cohesión social y cultural y ha afectado profundamente los equilibrios del ecosistema planetario, generando -hoy día- una crisis civilizatoria que atenta contra la continuidad de la vida en la Tierra.

Sobre la Militarización de la Política y la vida Cotidiana:

Partiendo desde las coincidencias, ratificamos que existe una relación directa entre la militarización de la vida política y la vida cotidiana en nuestros países y el mantenimiento del modelo económico asociado al extractivismo. La militarización afecta directamente a las comunidades que levantan su voz de protesta en defensa de sus territorios y busca desmovilizar y desarticular el movimiento social bajo estrategias de terror, asesinatos selectivos, persecución política y destierro, así como creación de mecanismos jurídicos para el despojo territorial. El homicidio de Berta, beneficiaria de medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es un claro ejemplo de esta relación. La guerra y las masacres no fueron azar.
Convenimos que la violencia que azota nuestro continente tiene causas estructurales propiciadas por las políticas intervencionistas del imperialismo estadounidense en la región, fundadas en la premisa del enemigo interno y legitimada discursivamente en la lucha, primero contra el comunismo, luego contra el narcotráfico y el terrorismo, justificando el terror y un gasto público excesivo en “seguridad”. La operación conjunta entre fuerzas represoras regulares como Ejército y Policía y fuerzas irregulares como paramilitares, maras, pandillas y grupos sicariales, ha sido una práctica común en Abya Yala, auspiciada y promovida por los Estados, cuyo entrenamiento ha sido impartido por instituciones especializadas en la región como la Escuela de las Americas (Hoy WHINSEC) que busca crear estructuras de control social y político para los países, posicionando una doctrina militar encaminada a defender los intereses particulares de las élites, desviando así su mandato histórico de defender la soberanía nacional.

Democratización de la información y comunicaciones:

Es evidente la monopolización de los medios de comunicación en nuestros países y la relación directa con las élites locales de poder que desde el control mediático atentan contra la defensa de los territorios, criminalizando la protesta social y justificando la militarización la sinrazón del modelo económico asociado al extractivismo y los megaproyectos, por medio de discursos y narrativas que promueven y defienden el status quo. Los retos para subvertir la opresión mediática exigen novedosas estrategias y tácticas de acción como las campañas comunicacionales, remover los obstáculos legales para el libre acceso a la información, avanzando hacia la democratización de los medios y creando espacios de comunicación popular que desde las realidades de nuestras comunidades expresen las necesidades reales que cotidianamente enfrentan nuestros pueblos.

La lucha por medio de producciones audiovisuales con contenido político que fomenten las movilizaciones populares, la horizontalidad como principio mediático, la participación y el protagonismo directo, son desafíos esenciales. Coincidimos en el objetivo de producir semillas comunicativas y sembrar narrativas de resistencia.

Caminando en la esperanza desde la defensa de los territorios y las autonomías:

Como pueblos en re-existencia en Abya Yala afirmamos la autonomía como propuesta real de protección de la vida, las culturas y la naturaleza en contra de las amenazas del extractivismo y los megaproyectos. Apostamos a crear desde los procesos locales alternativas reales al modelo de desarrollo neoliberal a través de herramientas propias, legales y constitucionales como la recuperación simbólica y productiva de nuestros territorios, el desarrollo de alertas tempranas frente a los intereses del capital, las consultas previas en los tiempos de las comunidades, las declaratorias como localidades y municipios libres de minería, la recuperación y liberación de la madre tierra, y la afirmación de los derechos de los pueblos a su autodeterminación y la soberanía nacional.

Entendemos también que estas autonomías deben expresarse en los territorios urbanos, pues desde las comunas, los barrios y las favelas de las ciudades, como receptoras de los procesos de despojo en los territorios rurales, se hace urgente y necesario plantear posturas de apropiación de los espacios en donde se haga efectivo el derecho a la ciudad digna. Asimismo reconocemos que poder contemplar la autonomía pasa por la lucha contra el patriarcado y el racismo, por esto nos comprometemos a posicionar estas luchas en las agendas y acciones en nuestras organizaciones y procesos.

Finalmente, reconocemos la importancia de re-conectarnos con nuestros territorios fomentando la pervivencia de la ancestralidad como forma de relacionamiento entre los seres humanos con la madre tierra, el “ombligamiento” como herramienta de conexión física y espiritual con la vida y la necesidad de defender la biodiversidad como proyecto común, posicionando la agenda ambiental y ecológica dentro de los movimientos sociales de nuestros países.

SOMOS UNA AMÉRICA ABYA YALA: Pueblo Mapuche MeliWitran Mapu – Chile; Sementeia – Brasil; Corporación Mi Comuna – Colombia; Colectivo Agrario Abya Yala – Colombia; Proceso de Comunidades Negras – Colombia; Movimiento Victoriano Lorenzo – Panamá; Consejo Indígena de Organizaciones Populares de Honduras (COPINH) – Honduras; Patronato Regional de Occidente – Honduras; COFADEH – Honduras; C-Libre – Honduras; SOAWatch – El Salvador; Colectiva Shumul – El Salvador; Movimiento Nuevo País – El Salvador; CIS – El Salvador; Red Activista de El Salvador; MAPCA – Mesoamérica; AJODER – Guatemala; Directorio Popular – Guatemala; Cooperativa Nuevo Horizonte – Guatemala; SOAWatch – Estados Unidos; Our Painted Responsabilities – Canadá

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